Como familia teresiana tenemos el valor de comprender que se trata de ver con "naturalidad" los actos y sentimientos de los demás, es la conciencia de nuestra fragilidad, la convicción de saber que podemos caer en la misma situación, de cometer los mismos errores y de dejarnos llevar por el arrebato de los sentimientos. De esa misma manera podemos ayudar a las demás personas cuando lo necesitan.
El comprender no se debe confundir con un "sentirse igual" que los demás, la comprensión es un deber ser, un producto de la razón, de pensar en los demás, " de ponerse en los zapatos del otro", sin hacer diferencias entre las personas.
No podemos cambiar a las personas, pero si guiarlas, conducirlas didácticamente, sugerir ciertas situaciones sin herir susceptibilidades, pero hasta ahí nada más.
Debemos aceptar a las personas dentro de su contexto, aceptarlas con virtudes, defectos, errores e ingenios, risas, llantos, gestos, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario