miércoles, 27 de febrero de 2013

El Agradecimiento


Somos agradecidos hacia  las demás  personas cuando nos sentimos en deuda con ella porque le ha procurado algún bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho algún regalo.
Ser agradecidos nos alegran por los bienes recibidos, los reconocemos y estamos dispuestos a corresponderlos.
No se trata de devolver favor con favor ni regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las calidades humanas de quienes nos honran con sus dones.
Cada uno tenemos siempre mucho que agradecer, y cuidar lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento. 

Entre los bienes que más agradecemos como personas es la vida, la salud, la amistad, la lealtad y las enseñanzas de sus antecesores.
La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que podemos recibir como personas en cualquier época y lugar del mundo.



La alegría de dar las gracias  

En los seres humanos la expresión del agradecimiento adopta las formas más encantadoras, variadas y curiosas. Cada cultura tiene las suyas, pero hay unas que son comunes a todas, como la sonrisa, el abrazo, el apretón de manos, los besos y la inclinación de cabeza, entre muchas otras.
Lo mismo sucede en el terreno del lenguaje. Hay idiomas que no dominamos en absoluto, cuyos sonidos nos son completamente desconocidos y extraños y, sin embargo, sabemos decir “gracias” en ellos.
Esto es así porque el agradecimiento está por encima de las barreras culturales, idiomáticas, raciales, geográficas.

Dar las gracias es, sin duda, uno de los gestos más alegres, universales y hermosos de que es capaz el ser humano.

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